Con el año nuevo todo el mundo se plantea los cambios que quiere introducir en su vida. Por suerte, cada vez menos gente decide dejar de fumar, porque cada día fuma menos gente. Pero empezar a hacer deporte y llevar una vida más saludable es la promesa que nos hacemos cada año.
Esta es la razón que provoca el post de hoy, cuando se tiene una talla grande de sujetador, talla especial (que no sé que tiene de especial una letra F o H en lugar de la letra B que es la denominada normal) o se lleva un sujetador de gran capacidad, antes de hacer deporte hay que plantearse cierta molestia que no tienen los hombres o las mujeres con poco pecho.
Tener mucho pecho tiene más contras que pros, aunque las mujeres planas te envidien. Solo tú sabes lo que implica el peso que llevas encima 24 horas al día. Esas molestias se multiplican por mil cuando llega la hora de hacer deporte, especialmente si eres adolescente y tu madre no tiene un gran pecho. Por eso esta entrada te interesa especialmente si eres adolescente o mamá de una niña preciosa a la que la genética la dotó de un busto generoso.
Cuando estás en el instituto la educación física es obligatoria, puede gustarte o no, pero no tienes más alternativas, un par de veces por semana te va a tocar dar vueltas al patio o al pabellón corriendo y te dan igual las excusas que le pongas a tu profesor, no tienes más opciones y no te lo van a compensar por abdominales.
Si no tienes un gran volumen en esa zona no vas a entender lo que significa ese momento para una niña, que no solo va a tener que vivir el bochornoso momento en que todos los chicos de la clase la observan atentamente porque es «divertidísimo» ver como botan esas dos tetas. No, esa niña no solo se sentirá incómoda por esas miradas; también lo hará porque cada uno de esos botes le produce dolor físico. Porque tener medio kilo o un kilo de peso en cada seno y sentir como sube por efecto de la zancada y como baja de golpe por culpa de la gravedad es algo doloroso.
Yo tuve la mala suerte de vivir lo que te acabo de contar y estoy segura de que aún hay muchas niñas que lo viven. La diferencia es que ahora esa situación se puede evitar. No, no puedes hacerte insumisa y dejar de ir a clase de educación física. Lo que sí puedes hacer es comprar uno de los maravillosos sujetadores deportivos que existen en el mercado y que ya se venden en tallas especiales, si quieres uno puedes verlos aquí.
Hay luz al final del tunel. Una luz tan poderosa que las mujeres con mucho pecho ya no tenemos que ser obligadas a hacer deporte. Porque un buen sujetador no te pone límites y te permite correr, hacer batuka, zumba, kickboxing o bike xtreme.
Un sujetador deportivo de calidad y de tu talla va a:
- Minimizar los rebotes no deseados. No te dolerá el pecho.
- Cuidar e impedir que le salgan arrugas y sufra por la gravedad.
Si te gusta el deporte estás de enhorabuena, ya no hay quien te pare.
Déjanos un comentario contándonos si tu también has sufrido molestias al hacer deporte.
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